jueves, 18 de febrero de 2010

Walber de Equinoccio en Haiti .Palabras y corazon

“...De que sirve un corazón si no late por Haití...”

Muy ansioso por llegar a la frontera Jimaní salí esta mañana a las 6;00am de Santo Domingo. Salí acompañado de Welinton miembro del equipo de Centro Cultural Poveda (CCP) y también acompañado de una gran mujer Soraya Trinidad (Soledad), una mujer campesina, como se dice constantemente ella, de tremendo compromiso y trayectoria. Bien, lo de Soledad merece capitulo aparte. Junto a estos dos personajes avanzamos hacia Jimaní la frontera entre Republica Dominicana y Haití. Deseaba llegar pronto para tomar contacto con gente haitiana. A cada kilómetro recorrido mi memoria sobre el pueblo haitiano, con quien compartí hace 14 años, afloraba.

Después de 5 horas más o menos llegamos a Jimaní y nos instalamos rápido en la casa que CCP alquila como base de operaciones de la Red de Apoyo a Haití. Después de un baño rápido con poco agua, como aprendí en Haití años atrás, salimos hacia el puesto de control en la frontera donde me vacunaron para prevenirme del tétano, la rubéola y el coctelito de pastillas contra la malaria, como medida de precaución y pase migratorio. Caminé por el lugar como buscando ver por una pequeña ventana la tragedia. Pero como he dicho en otros momentos el pueblo haitiano, sin terremoto vive en una tragedia constante.... en Haití todo es sufrimiento, sí, todo es sufrimiento. Así que no vi más que gente yendo y viniendo como hormiguitas, la mayoría haitianas y haitianas desde dominicana desesperadas queriendo llegar a Puerto Príncipe con la esperanza de encontrar a sus familias, amigas, amigos o por lo menos los cuerpos de estás y estos. La sensación de dolor y muerte se percibe, así como las firmas de protagonismo que se dejan ver y sentir. El logo que se me impuso sin mayor dificultad fue UN, y sus ramificaciones, en sus carros casi blindados...

Regresamos a la casa de nuestra amiga Soledad quien viajó con nosotros esta mañana. Como me imaginé su casa un lugar de tránsito, abierta, y de descanso para luego seguir el camino. Yo me encontré con un buen número de haitianas y dos haitianos como esperando una palabra que les haga sonreír. Después de unos segundos me atreví, con cierta inseguridad a saludar en Kréyol: Kouman nou yé? Y fue muy lindo escuchar en coro ¡papi mal! Y con la misma me preguntan: ¿e un mwen? Y respondí: mmmm papi mal risa y risas de felicidad. Me sentí muy contento y seguí diciendo algo en mi escaso kréyol. Fue un momento precioso. Antes de almorzar, pues lo hicimos hasta las 2:00pm, fuimos a Fond Parisye, poblado haitiano como a 17km de la frontera Jimaní. Ahí visitamos a Michel y su familia ampliada. Michel es una líderesa líderesa, que junto con sus heridas y dolor por las pérdidas que son muchas, es la que convoca y organiza los talleres que se están dando. Michel se duele de dos hermanas que murieron por el terremoto y muchas más, que todavía no sabe. Ahí compartimos un ratito y se consolidó el taller para el lunes 08 de febrero con maestras y maestros haitiana-os sobre acompañamiento emocional.

De regreso a la casa de la Red, donde nos hospedamos, pasamos a almorzar; yo arroz con guandules y plátano salcochado, pedí. Llegamos a la casa y no pude más, así que me dormí unos minutos antes del taller con maestra-os de Jimaní, que ya estaba programado para este día 06 de febrero.

Fue chistoso pues llegaron muchas niñas y niños y empezamos a jugar los juegos que las niñas hacen. Terminada la actividad regresamos a la casa de Soledad donde y en ese momento encontramos a su esposo Pedro. Soledad nos regaló una rica limonada, un cafecito rico y al final un rico Cleré, bebida haitiana que merece destacar.

Hace unos minutos se fue la luz y ya me estoy quedando sin pilas en lenta computadora que ya se acordó de avisar. Y aprovechando los modems “claro que tienes más", que no podían faltar les mando este nota para contarles de mi acelerado trajín este día. Mañana domingo iremos a Puerto Príncipe para yo tener el contacto de lo que ahí se vive, se huele, se deja ver. Dicen que el mal olor a muerte es fuerte, así que espero resistir... pues recuerden mi obsesión de TOC. Estoy confiado de que mi cuerpo está inmunizado contra la rubéola, tétano y malaria, aunque no contra el dolor, sí el dolor que dan estas cosas.

Saludos a todas y todos y espero sus energías

Frontera Jimaní 06 de febrero de 2010
10:40pm










































¡Haití no está perdido!!!!

…El amor es más fuerte que un sismo... y se levantará Haití de sus ruinas

En el aire a unos metros de la tierra y a una distancia considerable de Santo Domingo y un poco de las ruinas y el olor a muerte que se siente en estos momentos en Haití, las imágenes y los rostros de niñas, niños, mujeres y hombres está presente en mi memoria. ¿Cómo poner en palabras lo que allá se vive, lo que allá se siente? ¿Cómo decir lo que uno-a quiere decir a la gente en Haití? En este momento siento una tremenda pena y dolor por todo lo que pude ver, percibir y oler. Así mismo siento apenas puedo conectar con la fuerza dentro de mí, al recordar la palabra de 3 maestras y 36 maestros en taller de acompañamiento psico-emocional, ayer 8 de enero en un centro escolar de Fonn Parisiena Haití.

En uno de los centros escolares 38 maestra-os llegaron para un taller en el que se compartieron algunos ejercicios para la autosanación y el acompañamiento, bajo un enfoque que busca potenciar a las personas sobrevivientes del terremoto recién pasado. Los rostros y sus cuerpos lo dicen casi todo: preocupación, miedo, dolor, desesperación y unos destellos de esperanza. Sí eso vi, búsqueda de una palabra que fortalezca su propia sabiduría y su capacidad de resistencia.

Luego de unos minutos ante complejo panorama de 38 cuerpos física y energéticamente hablando me atreví a preguntar al grupo, en su idioma Kreyol: Kouman ou yé? (¿cómo se sienten? Y me respondieron papi mal (regular) escuché a lo lejos alguno ecos de algo que decía algo así como: nada bien. Repetí tres veces más la misma pregunté Kouman ou yé? Y aunque la fuerza salía débilmente fue hasta decir Kapé (de pie) e invitando a flexionar sus rodillas y tomar respiración desde la profundo de la tierra que la fuerza alzó vuelo. Dije una vez más la anterior pregunta y con fuerza salió con manos extendidas hacia arriba ¡papi maaaaaaaaalllll! Pero sentí que no era suficiente, así que una y otra vez más y salió el Tré bien (muy bien) y enseguida un sentido canto y baile a al espíritu santo, aunque más creo que a la Espírita Santa.

Muy pronto salió el Cheri Haití (Querido Haití), una expresión más fuerte que el mismo sismo. Como dice la canción solidaria Por Haití, en uno de sus versos: “el amor es más fuerte que el sismo…”. Y en seguida con la convicción de los juegos cooperativos como pedagogía lúdica sanadora, el grupo de maestras y maestros expresaban en sus cuerpos: la vida no acaba aquí, la vida continua. Esto después lo expresaron en palabras y por escrito como una firma que respalda, garantiza y da seguridad.

Luego de una jornada intensa, pues la misma estaba programada de 9:00am a 1:00pm y nos alcanzó hasta las 4:20pm, y con el invaluable apoyo en la traducción de una teresiana (comunidad religiosa seglar) Máxima. Vimos cuerpos y esperanzas alzando vuelo con las frases en el corazón diciéndose así mismo: ¡Nou pa Koumant nou! (no estamos solo-as) y su frase de resistencia ¡Haití no está perdido!

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